Cuando toco con mis dedos todas las pecas que nacen desvergonzadas por tu cuerpo, suena una bossa nova encriptada de tu cuello a tu pecho. El mar desata en verde cuando el sol calienta las dunas, y sueño escuchado tu corazón, que estas conmigo.
Un rayo de luz cae por el destartalado techo de piedra dura, crece fuerte y verde un melocotonero, dulce y fresco, que huele a ti... y mis músculos se relajan y mi cerebro se vuelve río y nada importa si son tus ojos los que me mira. Ver la tarde pasar, y los días hacerse semana mientras tu olor se va adhiriendo a mi piel y te echo de menos de una forma maravillosa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario