Bajo de la inmensidad de su propia gloria, sobre el meñique de Atlas, contemplose implosión de colores y plumas en espirales enmedadas.De los iconos sangrados a años de muerte más iconos en extertor fijaron su destino.
Arena que entierra y sostiene a aquel que elige el justo camino del guardián que nos vigilado, custodes sine vigilia. Grande entre los ínfimos, sin gloria glorificado, si vida vivificado, sin poder morir entre tanta muerte, eterno.
miércoles, 27 de junio de 2018
jueves, 24 de mayo de 2018
Campanario nevado
-Perdón padre porque he pecado...- Escondido en su capucho, el sabio monje dijo.
Vidrios dorados de emblemas deformes reflejaron en voz, el mensaje de la luz. Ocúltese el camino sin caminante, ni señal persiga el aventurero. Mundo apagado sea sin ciencia, sin perseguir puentes de mármol y llave incorrupta.
-Perdón padre porque he vivido...-Descubierto y brillante en mitad de una esfera brillante, el meditativo monje sostuvo.
...y de vivir muera, sin piedad ni gloria, sin sufrimiento transparente, sin ríos y campanarios nevados.
Tres santos custodian el santo cerebro, estatuas inhiestas, inmutables a las esferas del axis mundi. Alabarda, daga y cimitarra; nogal, robe y cerezo. Armas y escudos, luz del aguamarina filtrada por la cúpula.Ojos cerrados, la dama llama. Extraña el tacto y el olfato. La médula y el corazón. Alejarse y retroceder, saltar hacia un inmerso pecho lleno de símbolos y olores. Del broche y la pica, los lazos azules y diosas. Piratas que abordan runas y un cuerpo como el de la diosa. Voluptuosa sea su carne, viva y muerta a la vez, recorra el cuerpo la mano de mármol que sabe avivarla como a las cuerda del arpa.
Placer sea en la noche, suerte de todo encanto y gloria, por el presente en él mismo.
Vidrios dorados de emblemas deformes reflejaron en voz, el mensaje de la luz. Ocúltese el camino sin caminante, ni señal persiga el aventurero. Mundo apagado sea sin ciencia, sin perseguir puentes de mármol y llave incorrupta.
-Perdón padre porque he vivido...-Descubierto y brillante en mitad de una esfera brillante, el meditativo monje sostuvo.
...y de vivir muera, sin piedad ni gloria, sin sufrimiento transparente, sin ríos y campanarios nevados.
Tres santos custodian el santo cerebro, estatuas inhiestas, inmutables a las esferas del axis mundi. Alabarda, daga y cimitarra; nogal, robe y cerezo. Armas y escudos, luz del aguamarina filtrada por la cúpula.Ojos cerrados, la dama llama. Extraña el tacto y el olfato. La médula y el corazón. Alejarse y retroceder, saltar hacia un inmerso pecho lleno de símbolos y olores. Del broche y la pica, los lazos azules y diosas. Piratas que abordan runas y un cuerpo como el de la diosa. Voluptuosa sea su carne, viva y muerta a la vez, recorra el cuerpo la mano de mármol que sabe avivarla como a las cuerda del arpa.
Placer sea en la noche, suerte de todo encanto y gloria, por el presente en él mismo.
domingo, 11 de febrero de 2018
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