jueves, 21 de agosto de 2014

Mosaico de atardeceres

No sé porque me gustan tanto los atardeceres de  plaza España, sera que en ese pedestal la gran esfera se ilumina de naranja, que por la calle bajan coches con luces encendidas quizá es el sitio donde mas perdido me siento. Recuerdo que me imaginaba el sol tapando todo Madrid, y yo bajo aquella columna sumándome al espectáculo.

Recuerdo que muchas veces te espere ahí: para merendar, para cenar, para irnos al cine, para pasear, para tocar el piano... y recuerdo que cuando te veía llegar, porque acababas de salir del conservatorio, se me iluminaba la cara.

Ese recuerdo se suma a todo lo demás y lo hace un lugar especial, los edificios teñidos de un naranja melancólico,y otros días grises, porque se avecinaba tormenta.
Recuerdo que un día estaba nublado y nos refugiamos en los cubos de plaza España que tanto me gustaban, mirando la lluvia nos privamos del mundo y sentí que tu corazón latía a través de la lluvia.

Cuando todo acabo y deje de sentir tu corazón, esos edificios seguían ahí y de alguna forma guardaban todos los recuerdos. Estamos sometidos a la repetición de los lugares con diferentes recuerdos...  a base de repetición el recuerdo primario se desvanece y otro ocupa su lugar.

Pasee mil veces por ese atardecer, me encanto empaparme bajo la piedra del pedestal, disfruto de esa nostalgia, y plaza España es un mosaico de sentimientos que no para de incendiarme.