miércoles, 23 de enero de 2019

Campo azul

Siempre pretérito, algunas notas al azar me devuelven allí. Es inefable, volátiles como un perfume que desprendido de un abrigo se pierde en las esquina de una biblioteca olvidada. Las imágenes acuden a mi, luces inconexas de atardeceres, cobijo, que, en la distancia parece el verdín de un escudo sacudido por las tormentas.
Embriagado, pálido frente a la vida, pereza del ser.
El estático clima vuelve, como antaño, calmado.
El lugar al que regresar con el calor que se desprende de sus arboles en verano y todo lo oscuro que puede ser el mar en invierno. Embriagado en primavera por la flor del naranjo. Otoño nostálgico, brisa fría que despierta.
El horizonte de los pescadores, pacíficos, en silencio aguardan.