martes, 20 de diciembre de 2011

Paraíso atemporal

La dualidad de lo mundano quedo omitida en las puertas macizas de mi conciencia. Los negros lagos producto de mi imaginación, se fundían en un suelo verde de hierba fresca. El espesor blanco de la luna proyectaba en mis pupilas el perpetuo y puro sentimiento de inferioridad. Entonces oí tu corazón, como esa vez en tu pecho, pero esta vez latía en todo lo que me rodeaba, el viento se torno cálido, y el pálido brillo del suelo adquiría matices azules que hacían que mi cuerpo levitara. Tu en tu lejanía también estabas levitando. Estas corrientes nos levaron volando a un cielo negro donde miles de punto luminosos dibujaban un deseo de amor. Nuestros brazos llegaron a tocarse en aquel cielo, con aquella luna y mi mayor deseo, mire a tus ojos casi llorosos por la emoción y comenzamos a movernos por fuerzas desconocidas a una velocidad vertiginosa, sujetos por nuestras manos, sentir tu piel, volar, sumergirnos en los océanos de una playa, conocer las nubes de la mañana, sudar de deseo.



                                          Desperté solo y frió en mi cama como siempre.

domingo, 11 de diciembre de 2011

Metro,oscuridad,arco.

Bajo la ciudad en las vías del metro se situaba mi casa, las paredes grises y húmedas como el cuerpo de un gusano en una mañana de rocio, invitaban al suicidio. El ruido del hierro en las vías, las luces las voces distorsionadas. Una metrópolis oculta en el subsuelo. Una guerra existía entre todos nosotros, por ocupar el lugar mas habitable... Mi arco servia como defensa, lo habían confiscado aquellos guardas viles que controlaban la zona. No sé porque acabamos ahí ni que quería decir mi arco, pero algo mucho peor habían confiscado, mis recuerdos... no sabia porque estábamos en guerra ni conocía cual había sido mi vida antes...

sábado, 10 de diciembre de 2011

Sombreros, cuadro, diario.

En la habitación que ve mi agotamiento discurren una serie de objetos, sombreros de épocas pasadas, un cuadro lleno de barcos invertidos, que surcan el cielo del infinito, y un diario el 3º de mi trilogía. En ellos plasme hasta ahora la vida cuando esta tuvo turbulencias, y ahora cuando lo leo,si  me viene la vena melancólica, puedo entender como pensaba... melancólico, perdido, soñador y algo dado a la tristeza, romántico y honrado. El diario me permitió analizarme a mi mismo y en el perdido de 3 años casi, he observado y me he  conocido a mi mismo. Idealista, optimista a veces, frió y calculador otras, prejuicioso  y otras bueno porque si. Me pregunto si quería luchar contra mi mismo... y ahora en este crepúsculo almidonado y centrifugo el tiempo pasa volando