domingo, 4 de noviembre de 2012

Narración de un atardecer.

El llanto desgarrador de las campanas nostálgicas esperaban la caída de la tarde, el rumor de los ultimo rayos de luz incidían en mi cara, estaba presente, el día moría. Cuantos matices anaranjados se alejaban, cuan azul y cobre en las esferas se mezclaban, y yo atento e insignificante, me dejaba llevar. Al ocultar mis pupilas sentía el ultimo roce cálido de su muerte. La noche acaeció como un mal presagio, una luna de mil colores lloraba de pena, mis pensamientos se fueron oscureciendo y perdiendo en los susurro de las arpas que a mi llegaban, lejanas... perdidas.