sábado, 18 de marzo de 2017

a 10 días del fin del mundo

Dentro de poco el mundo va a terminar, sera el final, no vale la pena rezar.
En un pueblo perdido en las montañas alguien llora, hundido el deseo, el agua que arrastra el rió infinito.
Entre brisa gélida en asfalto sesgado, siembra llamas de vida, eterna muerte que sonríes.
Se adhiere al paso el vibrar de las hojas perdidas y campanas agitan su estertor en mitad de la nada.
De luz se baña en reflejos rotos los círculos en derredor.
El olor y mis pasos temblorosos por calzadas abruptas me hacen tambalear buscando tu mirada, dulce niña de la montaña.
En el centro del lago, bajo el almendro, bajo un techo de paja, bajo tu negro pelo, los ojos incendiados de pasión, tocando las teclas de un piano ajado.
Solo diez días para el fin del mundo, no vale la pena rezar... por favor, sigue tocando.